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Más países se suman a las medidas antidumping interpuestas sobre el mercado chino

Incluso gobiernos aliados estudian aranceles a varias categorías y otros como India evalúan ciertas medidas a los bienes chinos


El auge de las exportaciones chinas va mucho más allá de las industrias de alta tecnología que están en el punto de mira de Occidente, lo que expone a Pekín al riesgo de una reacción violenta por parte de países que hasta ahora han preferido mantenerse al margen de la guerra comercial. EE.UU. ya ha tomado una medida similar y Canadá podría seguir su ejemplo. Pocos otros países han planteado esta preocupación, ya que la mayoría no tiene industrias de carros eléctricos.


Pero el superávit de China en el comercio de manufacturas, que se acerca a niveles récord, apunta a un aumento mucho más amplio de las exportaciones. No se trata sólo de bienes de energía verde, sino de todo tipo de productos, desde el acero a los piensos, que cada vez son más difíciles de vender en China, donde la crisis inmobiliaria está ralentizando la economía.


En muchos casos, el aumento de las exportaciones ha ido acompañado de una caída de los precios. Si esta combinación persiste, amenaza con desencadenar reacciones de más países, más allá de Estados Unidos y Europa. A los socios comerciales de China les preocupa que el exceso de capacidad en sectores relacionados con la vivienda “provoque el dumping de algunos de estos materiales en los mercados de ultramar”, declaró Ong Kian Ming, ex viceministro de Comercio Internacional de Malasia.


Las exportaciones chinas de hierro y acero alcanzaron la cifra récord de 13 millones de toneladas en marzo y se mantuvieron cerca de ese nivel en abril, según el análisis de Bloomberg de los datos oficiales, ya que la demanda interna se desplomó debido al colapso de la construcción de viviendas. Las empresas locales están en vías de volver a producir 1.000 millones de toneladas de acero, y sin señales de un repunte de la vivienda es probable que intenten exportar más excedente de metal.


Los precios llevan casi tres años cayendo en picado, lo que ha llevado a algunos países latinoamericanos a imponer aranceles para contener la marea y proteger a los productores locales. Estas barreras, junto con el aumento de los aranceles de EE.UU. que entrará en vigor en agosto, pueden hacer que se dirija aún más metal a Asia.


Las empresas de Vietnam y la India ya se quejan de la avalancha de metal barato, que afecta a los beneficios de firmas como Tata Steel, uno de los principales productores indios. Tailandia y Arabia Saudita están estudiando nuevos gravámenes.


La ralentización de la economía nacional no sólo está reduciendo la demanda y los precios de los metales. Las exportaciones chinas de harina de soja se dispararon hasta casi 600.000 toneladas en los cuatro primeros meses de 2024, casi cinco veces más que el nivel del año anterior. La harina se utiliza para alimentar animales, pero una menor demanda de carne de cerdo significa menos cerdos, y eso ha empujado a los procesadores chinos.


Otro sector en el que China ha experimentado un auge manufacturero es el petroquímico. Una oleada de nuevas plantas está produciendo los componentes básicos de productos plásticos. Se espera que este año China ponga en marcha suficientes plantas de deshidrogenación de propano para aumentar su capacidad total en 40%, según el investigador Mysteel OilChem.



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