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China cooperaría para fabricar vehiculos electricos en Perú

Tratativas entre Perú y China para montar planta de autos eléctricos puede cambiar la cara del transporte en el país.


Parece que los autos eléctricos dejarán de ser una excentricidad en el Perú. Durante su viaje a China, la presidenta Dina Boluarte se reunió con el multimillonario Wuan Chuanfu, líder de

BYD, para invitarle a montar una planta de producción y ensamblaje de vehículos eléctricos

en el país. Esta idea tiene visto bueno del gobierno porque se aprovecharían las ventajas que ofrecerá el megapuerto peruano Chancay a partir de noviembre (también construido por una empresa china: Cosco Shipping).


Actualmente hay poco más de 2600 vehículos electrificados en el Perú. Y se venden dos

carros eléctricos por cada 100 vehículos vendidos. Si bien es cierto que aún estamos por

debajo de Chile y Colombia donde se electrifican 15 vehículos de cada 100 autos vendidos en el Perú ya hay un incremento. Y una clara tendencia. Más aún si una posible alianza con

China se perfila como estrategia clave para acelerar esta transición.


Hace un par de meses el propio Ministerio de Energía y Minas (Minem), instaló una moderna

infraestructura de carga para vehículos eléctricos en su sede central en el distrito de San Borja y presentó el primer automóvil de su flota 100 % eléctrico para uso institucional.


El ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez-Reyes, ha indicado incluso que

están evaluando la renovación del sistema de transporte público. Y se sabe que hay un

profundo interés por sustituir las actuales unidades de transporte por vehículos eléctricos, por lo que se está planteando a China establecer un acuerdo con el Gobierno para su

financiamiento. China es el primer inversor en el Perú. Y por supuesto, tenemos vigente un

TLC con dicho país.


Las cosas incluso van en aumento porque se han presentado proyectos de ley para convertir a los autos convencionales a 100 % eléctricos. Tal y como se da actualmente con la conversión a GNV. Estas iniciativas parten de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica de Perú y de la propia Sociedad Nacional de Industrias.

Marcas como Volvo o BMW ya se encuentran proyectadas a tener una flota de vehículos 100% eléctricos en Latinoamérica hacia el año 2030. Además, tienen la intención de promover inversiones en la región, sobre todo en el sistema de cargas, para que este propósito pueda concretarse.


Ventajas y desafíos

El transporte eléctrico ha emergido como una de las principales soluciones para enfrentar los desafíos del cambio climático y la contaminación. Pasar hacia autos eléctricos no solo

promete una reducción en las emisiones de gases, sino también una transformación en la

infraestructura y en las economías locales. En América Latina, ya ha empezado a ganar

terreno. Pero si estaciona la alianza en el Perú tendremos ventajas muy especiales.


Por ejemplo, la posible inversión china en infraestructura y producción de vehículos eléctricos puede generar más empleo en el sector industrial y en la cadena de suministro

relacionada. Además, construir una planta de ensamblaje en el Perú contribuiría al desarrollo

económico local, por ejemplo, impulsando industrias relacionadas como la manufactura de

componentes y la instalación de estaciones de carga.


La presencia de empresas chinas como BYD introduciría también la tecnología y el know-

how necesario para su mantenimiento y operación. Es decir, que esto puede llevar a la

creación de centros de capacitación y la mejora de las capacidades técnicas locales, que es

precisamente de lo que carece nuestro país.


En Latinoamérica, la adopción de vehículos eléctricos varía significativamente entre países.

Chile y Colombia lideran la región, ya que un 15 % de los autos vendidos en estos países son eléctricos. Países como Brasil y México también están logrando avances significativos,

aunque enfrentan desafíos similares a los de Perú en términos de infraestructura y costos.

Chile ha implementado políticas agresivas para fomentar la adopción de vehículos eléctricos, incluyendo subsidios para la compra de autos eléctricos y la expansión de la infraestructura de recarga.


Colombia también ha introducido incentivos fiscales y programas de financiación

para promover la movilidad eléctrica.


En carga pesada

Las condiciones aquí parecen ser mucho más adversas. Sin embargo, hay factores que

podrían posibilitarlo. Por ejemplo, si se concretan las condiciones a futuro para financiar el

100 % del costo de las conversiones, asegurando el cumplimiento de los estándares

establecidos. Como también la exoneración de impuestos a la importación de equipos y

herramientas necesarias para las conversiones durante un período de seis años.


En efecto, la adopción de vehículos eléctricos en el sector de carga pesada podría transformar la logística y mejorar la sostenibilidad del transporte de mercancías. Sin embargo, es necesario abordar aspectos clave. Para empezar, es esencial desarrollar una infraestructura de carga adecuada. Por ejemplo, estaciones de carga de alta capacidad y soluciones de recarga rápida para minimizar el tiempo de inactividad.


De otro lado, sería indispensable mejorar la tecnología de baterías. La autonomía de los

vehículos eléctricos pesados dependerá en gran medida de ello porque sin almacenadores con capacidad y eficiencia no se podrían realizar las largas rutas en el interior del Perú.


Actualmente se está promoviendo que a futuro se cree un programa de conversión sin cuota

inicial, reembolsable, sin intereses y con un año de gracia. También se viene discutiendo

brindar beneficios tributarios para talleres certificados, reducciones del impuesto a la renta

para la reinversión en la adecuación y mejora de equipos e infraestructura, así como

exoneraciones tributarias para la importación de kits y baterías necesarias de última gama.


Las políticas gubernamentales jugarán un papel crucial en el apoyo a la transición hacia

vehículos eléctricos en el sector de carga pesada. Los incentivos fiscales, el financiamiento

para la infraestructura y los subsidios para la compra de vehículos serán útiles para superar

los primeros obstáculos.


La posible alianza entre Perú y China para la obtención de vehículos eléctricos sí representa

una oportunidad para transformar el sector del transporte en Perú (y en América Latina). Pero también esta colaboración puede mejorar la calidad del aire, impulsar el desarrollo

económico, generar sostenibilidad y promover infraestructura. Urge una colaboración

continua entre el sector público y privado para aprovechar al máximo dicho potencial.


Fuente: caretas.pe

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